A veces los deseos, por más cercanos y factibles que parezcan, no se pueden llevar a cabo; y la herida abierta por no ver a Callejeros en su “vuelta” a los escenarios, es un claro ejemplo de esto.
Estaba todo preparado para ir directo a Córdoba, pero la venta de sólo 20 mil localidades para un estadio que puede albergar unas 65 mil, provocó que en menos de horas se agotaran todas.
Entonces no hubo más opción que sentarse frente a la PC, sintonizar “La mega” y subir el volumen; mientras que hacia “zapping” con el televisor buscando la mejor imagen que podían ofrecer “Crónica TV”, “Canal 26” y “Todo Noticias”.
A las cinco de la tarde, en el medio del estadio mundialista “Chateau Carrera”, estacionó una “Trafic” blanca, de donde bajaron los “Callejeros”. El primero en hacerlo fue Juan Carbone (saxo), seguido por Patricio Fontanet (cantante), Christian Torrejón (bajo), Eduardo Vázquez (batería), Elio Delgado (guitarra) y Maximiliano Djerfy (guitarras).
La gente empezó a delirar, se podía oír el grito de los fanáticos que se acercaron hasta allí, y de repente... “Ni la ironía de la irónica ironía, ni lo falso de la falsa falsedad, me explican lo que explican, los que explican sobre la verdad...”.
¡Y sí!, era de esperar, los que seguimos a la banda desde sus comienzos, imaginábamos que empezarían el recital con “Señales”,uno de los temas de la última placa que habla de cómo se sienten ellos después de la tragedia de “Cromagnon”.
Tuvo que pasar mas de un año y medio para que la banda de Villa Celina volviera a subirse a un escenario. En el medio de este existieron declaraciones, prohibiciones, censura, amenazas y demás, pero Callejeros volvió a tocar.
Un muy buen recital, que duro un poco mas de dos horas, donde se hicieron 24 temas que recorrieron canciones de todas las placas, “Sed”, “Presión”, “Rocanroles sin destino” y “Señales”.
La calidad del sonido no fue excelente, ya que el viento cordobés tuvo cierto protagonismo y por momentos se hizo notar.
Seguramente que esto se debió a la velocidad con la que se organizo el espectáculo, y José Palazo, el productor de esta fiesta primaveral (21 de Septiembre), no pudo tomar ciertos recaudos. Si bien no fue trascendente estos problemas no deberían existir.
Con un final excelente, Callejeros cerró el show con “Sueño”, “Ilusión”, “Prohibido” e “Imposible”.
El público delirando, saltando y gritando por la banda, se fue al grito de “Callejeros, Callejeros”, terminado así el recital del día de la primavera, mientras que para otros fue el cierre de un show que empezó el 30 de diciembre del 2004.
El recital de Callejeros estuvo dedicado íntegramente a los invisibles. Estos son aquellos fanáticos de la banda que los han seguido desde los comienzos. Los que se tomaban dos colectivos para verlos tocar en algún pub chiquitito de Buenos Aires y a veces hasta los acompañaban a diferentes provincias de la Argentina.
Es por esto que en la pantalla del Chateau Carreras estaba escrita una leyenda que decía: a los invisibles por siempre. Esta frase se debe a que muchos de estos fanáticos de Callejeros perdieron su vida en la trágica noche de “República Cromagnon”.
Además en su primera placa, “Sed”, el primer corte esta dedicado a ellos, y lógicamente lleva por nombre: “Los invisibles” (debajo podes leer la letra).
Esto es también para aclarar que la letra de este tema no se escribió después de la tragedia del 30 de diciembre del 2004, como escribió en su crónica del 22 de septiembre el periodista de Página/12, Cristian Vitale.
Invisibles son todos aquellos que se sientan fanáticos, que escuchen a “Calleja” y lo disfrutan, por eso siempre van existir y a otros siempre se los va a recordar.
“Esto es para todos los caretas que no quieren que Callejeros vuelva a tocar: que se vayan al Pepsi y no nos rompan las pelotas”. Uno de los chicos del público en una entrevista que le hizo Crónica TV antes de entrar al estadio.
“Mi viejo me dijo que muerto es aquel al que nadie recuerda, y cada vez que toquemos, los chicos van a estar acá, más vivos que nunca”. Fontanet haciendo referencia a los invisibles que ya no están. El estadio exploto en aplausos.
“Tanto ellos como nosotros necesitábamos esto: empezar un recital y terminarlo”. Juan Carbone, el saxofonista de la banda, reflexionando sobre el recital.
“Gracias a todos ustedes por esto. De verdad, los queremos un montón, de corazón, loco mil gracias. A ustedes que nos bancan...A los demás, chúpenla, por caretas”. Dijo Pato agradeciendo a los que los apoyan siempre y despotricando contra los que los censuran o se llenan la boca hablando de lo que no saben.